¿Decidimos Ser o más bien actuamos?
¿Decidimos ser, o más bien actuamos en base a lo que piensan los demás?
El miedo al qué dirán, qué pensarán de mí, nos abruma y aterra. Creemos que no nos podemos salir de lo establecido por la familia y la sociedad. Llevamos haciendo los mismos patrones durante décadas y nunca los hemos cuestionado. La verdad es que no nos percatamos que al actuar así, el miedo aquí impera y nos gobierna. Seguimos actuando como fiel marioneta; y es que no nos damos cuenta que el exterior (la marioneta), es nuestra apariencia y nuestra verdadera esencia, es la mano que la maneja. ¿Hasta cuándo seguiremos con la función?
¿Cuántas familias han seguido el linaje de doctores, jueces, etc, por que así estaba establecido? Aunque el hijo/a indicara que no le gustaba, eso nunca se tenía en cuenta y por no crear discordia, se terminaba ejerciendo o haciendo lo que ya estaba impuesto. Esto lo podemos llevar a todas las áreas de nuestra vida. Evitamos dar nuestra opinión, decir lo que nos molesta, reímos incluso cuando la ira nos consume por dentro y todo por intentar guardar una apariencia que termina dañando nuestra existencia.
Alargamos nuestro sufrimiento sin darnos cuenta. Tenemos el poder de decidir por nosotros mismos y sin embargo, terminamos haciendo lo que los demás desean. Ya con sólo pensar cómo debemos de actuar con cada una de las personas con las que nos relacionamos, agota; sí; nos agota; nos consume y anula como personas.
Hemos nacido con un propósito y hacemos el propósito de los demás; del resto. Nuestra opinión no cuenta; la hemos anulado, eliminado y una vez más nos estamos haciendo daño. ¿Te has parado a pensar y reflexionar sobre ello? Yo sí; y no quiero decir que no me ha costado reconocerlo, pero gracias a la vida, he ido despertando; despertando de este sueño, ya establecido por otros y manipulado.
Toma el poder que hay en ti para decidir, pero decidir lo que verdaderamente quieres para ti, no lo que otros ya han planeado. Si ya nos cuesta saber nuestro camino, ¿por qué confiamos en la opinión de otros y actuamos ajenos al sufrimiento que nosotros mismos nos provocamos?
Si tienes que tocar fondo, hazlo; si tienes que pisar barro, que no te de miedo; otros ya lo saborearon y se lavaron. La elección está en ti, no mires al que está a tu lado. Decide, aunque el miedo llame mil veces a tu puerta y te muestre en cada momento tu lado más humano. Piensa que si otros ya lo hicieron, ¿por qué no vas a lograrlo? Si caes, levántate pegando un salto. Los sueños están para soñarlos y la vida que tienes como regalo, está para exprimirla al máximo, siendo tú mismo; sin caretas; y sin miedo al fracaso.
Decide ser libre en tus pensamientos, actitudes, comportamiento, creencias; antes que la vida se agote, y termines dándote cuenta, que has vivido la historia de otro, dejando la tuya, en el más profundo olvido de tu existencia.
Recuerda que:
Ser valiente, es tener la capacidad de vivir por ti mismo/a sin depender de la opinión de los demás. No actuar, siendo uno/a mismo/a, sin importar lo que digan los demás. Dejar que otros vuelen por sí mismos, sin juzgar, sin apagar la luz que desprenden. Dejar que toquen fondo, pisen barro y ver cómo son capaces de volver a levantarse. Todos tenemos capacidad de superación. Todos hemos pisado barro. Todos hemos tomado la decisión, más de una vez, de levantarnos. Es ahí donde vemos nuestra valía, capacidad de superación, y valentía. Sé valiente para vivir tu propia vida. Sé valiente, y deja vivir a los demás.